Capacitación contra el lavado de activos y financiamiento del terrorismo: una prioridad estratégica para las cooperativas
En un mundo donde las amenazas financieras se han vuelto cada vez más sofisticadas, las cooperativas enfrentan un desafío crucial: proteger su integridad, credibilidad y sostenibilidad ante los riesgos del lavado de activos y el financiamiento del terrorismo. Lejos de ser un asunto exclusivo de los grandes bancos o instituciones financieras internacionales, la prevención del lavado de activos (LA) y del financiamiento del terrorismo (FT) es una responsabilidad que también recae sobre las cooperativas, especialmente por su rol vital en las economías locales y su cercanía con las comunidades.
En este artículo exploraremos por qué capacitarse en esta normativa no es solo una obligación legal, sino también una estrategia de crecimiento, confianza y
supervivencia institucional.
1. ¿Por qué las cooperativas deben prestar atención al lavado de activos y financiamiento del terrorismo?
Las cooperativas, por su estructura democrática, inclusión financiera y relación directa con socios, pueden parecer a primera vista menos vulnerables a ser utilizadas con fines ilícitos. Sin embargo, precisamente su cercanía, informalidad en algunos procesos y confianza comunitaria pueden convertirse en puertas abiertas para que actores malintencionados intenten infiltrar operaciones fraudulentas o canalizar fondos ilícitos.
Riesgos reales y actuales:
- Uso de cuentas o productos cooperativos para mover dinero ilícito.
- Falsificación de identidad o creación de socios ficticios.
- Financiamiento de actividades delictivas a través de préstamos.
- Débil supervisión de transacciones inusuales.
Por estas razones, los entes reguladores nacionales e internacionales han incluido a las cooperativas dentro del espectro de instituciones obligadas a cumplir con estándares antilavado. Ignorar esta realidad puede conducir a sanciones legales, pérdida de licencia, daño reputacional y, en el peor de los casos, la desaparición de la institución.
2. Marco legal y regulatorio: una exigencia que no se puede ignorar
Cada país tiene su propia legislación sobre prevención de lavado de activos y financiamiento del terrorismo. Sin embargo, todas se alinean con las recomendaciones del Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI), el principal organismo mundial que establece los estándares para combatir estas amenazas.
En muchos países de América Latina y el Caribe, por ejemplo:
- Las cooperativas están incluidas dentro de los sujetos obligados por la ley antilavado.
- Deben implementar un Sistema de Prevención del LA/FT, que incluye políticas, procedimientos y controles internos.
- Están obligadas a realizar debida diligencia a los socios, monitorear transacciones y reportar operaciones sospechosas a la Unidad de Análisis Financiero (UAF).
- Tienen que designar un Oficial de Cumplimiento, capacitado y con autonomía para actuar.
No cumplir con estas normativas no solo implica multas, sino también responsabilidades penales para los directivos.
3. Capacitación: el primer escudo de defensa
Contar con normativas es solo una parte del rompecabezas. La verdadera clave es que todos los actores de la cooperativa comprendan el porqué, el cómo y el qué hacer frente a los riesgos de LA/FT. Aquí entra el papel crucial de la capacitación continua y especializada.
¿A quiénes se debe capacitar?
- Consejos de Administración y Vigilancia: para que comprendan sus responsabilidades legales y éticas.
- Gerentes y personal operativo: porque están en contacto directo con los socios y procesos financieros.
- Oficial de Cumplimiento y equipo de control interno: que deben estar actualizados con técnicas de detección y normativas vigentes.
- Socios de la cooperativa: mediante jornadas educativas que fomenten una cultura de legalidad y transparencia.
4. Beneficios de la capacitación en normativa de LA/FT para las cooperativas
✅ 1. Protección contra sanciones legales y financieras
Una cooperativa que cumple con las normas evita multas, investigaciones y bloqueos de operaciones por parte de organismos supervisores. También evita que se le cierre el acceso a corresponsalías bancarias o plataformas de pago.
✅ 2. Fortalecimiento de la reputación institucional
Hoy en día, los usuarios valoran cada vez más a las entidades financieras transparentes, seguras y éticas. Estar alineado con las buenas prácticas de cumplimiento mejora la imagen de la cooperativa ante socios, inversionistas y la comunidad.
✅ 3. Mejora de la gestión del riesgo
La capacitación ayuda a identificar señales de alerta, interpretar patrones de comportamiento sospechoso y actuar preventivamente antes de que un daño se concrete. Esto protege los recursos y la estabilidad financiera.
✅ 4. Acceso a nuevos mercados y alianzas
Cooperativas que demuestran solidez en su sistema de cumplimiento tienen más posibilidades de:
- Acceder a fondos de cooperación internacional.
- Establecer alianzas con instituciones bancarias.
- Recibir calificaciones de riesgo favorables.
✅ 5. Empoderamiento institucional
Capacitarse en LA/FT no es solo un requisito, es una herramienta para formar equipos más conscientes, profesionales y preparados para enfrentar los desafíos de un entorno financiero cambiante.
5. ¿Qué debe incluir un programa de capacitación efectivo en LA/FT?
Un programa de formación debe ir más allá de una simple charla. Debe estar adaptado al tipo, tamaño y nivel de riesgo de la cooperativa. Algunos elementos clave:
- Marco legal local e internacional.
- Tipologías de lavado de activos aplicables al sector cooperativo.
- Métodos de debida diligencia y conocimiento del socio (KYC).
- Uso de listas restrictivas (OFAC, ONU, etc).
- Manejo de alertas y reportes de operaciones sospechosas (ROS).
- Responsabilidades del Oficial de Cumplimiento.
- Casos prácticos y análisis de riesgos.
- Evaluaciones periódicas.
La capacitación debe ser continua, actualizada y en lenguaje claro, con herramientas prácticas para el día a día.
6. Hacia una cultura de cumplimiento: el reto y la oportunidad
Adoptar la cultura de cumplimiento no debe verse como una carga burocrática, sino como una inversión estratégica. Las cooperativas que logren incorporar estos principios de manera transversal estarán en mejor posición para crecer, ser resilientes ante el crimen financiero y generar confianza duradera.
Una cooperativa bien capacitada es más que una entidad financiera: es un guardián comunitario del desarrollo económico y social, que protege a sus socios y a su entorno del crimen organizado, la corrupción y la ilegalidad.
Conclusión: capacitación es progreso
El futuro de las cooperativas está íntimamente ligado a su capacidad de adaptarse, protegerse y alinearse con las normas internacionales de transparencia. Capacitarse en la normativa de lavado de activos y financiamiento del terrorismo no es una opción: es una necesidad urgente y una muestra de liderazgo institucional.
En tiempos donde la confianza lo es todo, una cooperativa que se prepara, se fortalece. Y una que se fortalece, inspira.
La capacitación no solo salva instituciones, también abre caminos para un crecimiento sano, ético y sostenible.